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miércoles, febrero 21, 2024
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Carreras peligrosas

Competencias Off Road incumplen Código de la FEMADAC Desde 1955, las carreras Fuera de Camino u Off Road no se habían tornado tan peligrosas como sucede ahora en Baja California Sur. De un tiempo a la fecha, las competencias se tiñeron de rojo en este deporte, donde -según admitió el director del Instituto Sudcaliforniano del Deporte, Antonio Molina Amarillas- priva la desorganización, inseguridad, indisciplina y una serie de irregularidades detrás de cada competencia. De acuerdo con el Código Deportivo de la Federación Mexicana de Automovilismo Deportivo (FEMADAC), cada corrida debe tener un director de carrera, un coordinador de pista, un coordinador de cronometraje, un coordinador médico y un coordinador de seguridad, quienes en su conjunto, tienen la responsabilidad de revisar, entre otras cosas, lo siguiente: – Que cada competidor tenga experiencia y conozca la ruta y todos los señalamientos, además de que la unidad disponga de equipo de seguridad. – Que ninguno de los pilotos participe bajo los influjos de alguna droga o alcohol. – Que de ser necesario o a determinación de alguna autoridad, los pilotos sean sometidos a una revisión médica. – Revisar las condiciones mecánicas de las unidades. – Asegurarse de la vigencia y cobertura de los seguros de accidentes personales para pilotos y seguros para daños a terceros. – Dar fe de las licencias deportivas de pilotos en regla y acreditaciones a miembros de equipos, oficiales, médicos y prensa. Sin embargo, en la práctica nada de eso sucede, pues pilotos y aficionados quedan expuestos al riesgo de cualquier accidente automovilístico. El presidente de la Asociación Estatal de Pilotos de Off Road, Carlos Alberto Valdez Miranda, reconoce que de un tiempo a la fecha “todo es un caos, porque ahora cualquiera organiza una carrera de ruta o pista, mete una ambulancia en la salida y otra en la meta, un par de policías y listo”. De manera que los aficionados se mueven libremente sobre la pista y en peligro, porque en el trayecto de la ruta no se toman medidas de seguridad y constantemente los espectadores quedan al alcance de potentes motores, que desarrollan velocidades de 355 y 450 kilómetros por hora. “Los competidores no tienen la garantía de que no va a suceder algún accidente, sobre todo porque corren sobre arena suelta y piedras, y ese simple hecho ya es un factor de riesgo”, dijo el entrevistado. Mientras que el director del INSUDE consideró que ahorita “el tema del Off Road es muy complicado porque atraviesa por un proceso de reestructuración por parte de la Federación Mexicana de Automovilismo Deportivo, derivado del surgimiento de una división entre dos grupos dentro de la Asociación Estatal de Automovilismo de Baja California Sur, porque había un terrible descontrol de carreras y no todos estaban de acuerdo en lo que estaba sucediendo en el calendario y la frecuencia de eventos”, expuso Molinas Amarillas. Oficialmente, el calendario de competencias del campeonato anual es de solo seis carreras: – Todos Santos 150 – Dos Mares – Coyote 300 – Expo Comondú 250 – Migriño Desert Challenge – Circuito Bronco. La joya de la corona es la denominada “Baja Mil”, organizada por la promotora Score International, la cual sale desde Ensenada hasta el puerto de La Paz. Sin embargo, en un evidente acto de promover el desorden, la Asociación Estatal de Automovilismo, encabezada por Salvador Carrillo Torres, autorizó las siguientes carreras: – Cabo del Este – Tormenta del Desierto – Los Barriles – Cabo 250 – Loreto 400 – Siete carreras más, exclusivas de las fiestas patronales de las delegaciones municipales de Los Cabos, cuya competencia denominaron “Deporticabos”, con el aval del alcalde José Antonio Agúndez Montaño. El representante de los pilotos, Carlos Valdez, consideró que seis carreras por año, avaladas por la FEMADAC, es el número ideal porque “el Off Road es un deporte muy caro, donde cada uno de los participantes pone vehículos y su dinero para movilizar unidades, equipo apoyo, y ofrecer un espectáculo gratuito a la sociedad”. La última competencia El desorden -que data de 2010- quedó evidenciado durante la última carrera, denominada Cabo 250, cuando un piloto y un aficionado estuvieron involucrados en un fuerte accidente automovilístico en el puerto de Cabo San Lucas. El 10 de agosto de 2013, el vehículo número 968 de la clase 9, tripulado por Jesús Castro Carrillo y Antonio García Guillins, como piloto y copiloto, respectivamente, estuvo involucrado en una volcadura, donde dos personas resultaron gravemente lesionadas: el aficionado Luis Jesús Martínez Cortés, de 17 años, y el propio copiloto. De acuerdo al parte informativo de la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de Los Cabos, la unidad automotriz perdió el control, golpeó y dio un par de vueltas a la altura de los poblados conocidos como San Ramón y La Candelaria, “yéndose sobre los espectadores”. La unidad quedó volcada en la zona, cuando según el parte policiaco, otra unidad automotriz se acercó a gran velocidad, brincó, golpeó en la cabeza a uno de los espectadores y cayó a 20 metros de distancia aproximadamente. El copiloto, Antonio García Guillins, relató a ZETA que la carrera estuvo muy mal organizada porque “desde que salimos, pude percatarme que estaban dando la salida entre un vehículo y otro cada 10 segundos, y en algunos casos ni siquiera eso, cuando lo reglamentario es cada 30 o 60”. Comentó que “íbamos corriendo, en medio de una polvareda, y al llegar a la altura del accidente, sufrimos una volcadura, lo que ocasionó la salida de una llanta trasera del vehículo, por lo que estando la unidad parada, llegó otro automóvil de la misma competencia y nos impactó en la parte trasera. Nos hizo girar, observando que por ese golpe sufrimos lesiones ambos competidores. Todavía confundidos por las vueltas y el posterior impacto de la otra unidad, sentí en ese momento mucho dolor, dándome cuenta de que salía mucha sangre del lado de la mano izquierda, y observé que estaba lesionada y en muy malas condiciones”. Afirmó que de inmediato solicitó ayuda al piloto Jesús Castro Carrillo, quien tuvo que caminar 600 metros para que pudieran ser auxiliados por un grupo de aficionados. Fueron trasladados hasta el puente que se encuentra a la altura del Panteón Municipal, donde había dos ambulancias y paramédicos que “me dieron asistencia y me trasladaron a la clínica One World, donde fui internado y empezaron las valoraciones médicas”, relató. El diagnóstico médico fue que el copiloto presentaba “cifras tensionales elevadas, dolor en abdomen, pelvis estable, con presencia de dolor semicircular en tercio distal de antebrazo izquierdo, involucrando piel, tejido celular, lesión vascular y nerviosa, así como fractura de la mano izquierda”. En base a resultados de estudios de laboratorio y radiografías elaborados por las áreas de cirugía general, ortopedia y traumatología del hospital One World, “se tenía que amputar la mano izquierda a causa de las lesiones”. Las irregularidades Tras el accidente comenzó a surgir una serie de irregularidades que derivaron en denuncias penales en contra de los organizadores de la competencia, bajo los números de expedientes CSL/0532/AMP4/2013 y CSL/495/AMP3/2013. Los presuntos responsables son: – Salvador Carrillo Torres, presidente de la Asociación Estatal de Automovilismo de Baja California Sur – Norman Ceseña Angulo y Manolo Núñez Salas, representantes de la Unión de Promotores (UPRO) –  La compañía de seguros Qualitas. Según copia de la denuncia penal en poder de ZETA, el día del accidente el copiloto accidentado tuvo que depositar 100 mil pesos a la cuenta del hospital para cubrir el costo de la operación de su mano, porque “estuvimos marcando a sus celulares y nunca respondieron”, y “cuando un familiar fue a buscarlos a la carrera y expuso el problema, solo atinaron a decir que irían al hospital y se harían cargo de todo, pero eso nunca sucedió”. El dinero salió de familiares y amigos, y hasta el cierre de edición, el afectado había gastado más de 250 mil pesos, lo cual está acreditado en el pago de factura y la lista expedida por el hospital. No obstante, tras una serie de presiones de parte de familiares, el titular de la Asociación Estatal de Automovilismo, Salvador Carrillo Torres, se comunicó con el piloto solo para exponer que “la póliza solo amparaba la cantidad de 10 mil dólares para gastos médicos”, y que la aseguradora solo pagaría “lo que correspondía dentro de la póliza”. El accidentado se dijo molesto porque “cuando se me invitó a participar en la carrera, se nos ofreció un seguro de gastos médicos mayores y daños a terceros, y el pago sería en efectivo, no en reembolso”. En el caso del aficionado y menor de edad, sucede  exactamente lo mismo. Los familiares refirieron que “la cuenta del hospital va cerca de los 100 mil pesos, y tiende a subir porque el joven sigue internado por una fuerte lesión en su cabeza, el cual fue golpeado con la parte baja del vehículo accidentado a una velocidad de 110 kilómetros por hora”. Desafortunadamente, ni los organizadores ni el seguro quieren hacerse cargo de los gastos del joven, quien ya está en piso, tras estar muy grave. Según la póliza 540003070, expedida por la compañía de seguros Qualitas a favor de la Asociación Estatal de Automovilismo de Baja California Sur, el importe total pagado por la prima es de únicamente mil dólares, el cual a su vez, amparaba una prima 100 mil dólares por daños a terceros y de 10 mil dólares por piloto, incluidos los gastos legales. La póliza expedida es de “vehículos turistas”, que de acuerdo a la Cláusula 4 del contrato, “excluía accidentes ocurridos dentro de un radio de los primeros cien metros del área de salida, meta y pits”, además de que no contemplaba la reparación en “daños causados a miembros de un mismo equipo”. Sin embargo, el gerente regional de Qualitas, Enrique Caracosa Mendoza, dijo a ZETA que “no importa el importe de la prima que se haya pagado”, sino que se van a pagar todos los daños tanto al piloto, como al aficionado. Sobre el piloto responsable de las lesiones del espectador, se cubrió una fianza de más de 400 mil pesos para evitar que ingresara a prisión y seguir el proceso penal en libertad, en tanto un juez resuelve el caso. Respecto al piloto accidentado comentó: “Está en trámite el proceso para reembolsar el dinero de gastos médicos, se le va a dar lo que ampara la póliza, porque el piloto no utilizó el hospital de convenio y ésa fue decisión de él y de su familia”. Sobre el aficionado, estableció que sí se van a cubrir los gastos, siempre y cuando retire la denuncia penal en contra de la compañía. — Pero, ¿por qué habría de retirarla? “Porque queremos reparar el daño ocasionado por el piloto. Los abogados ya lo están viendo con su familia, y la propuesta es que retiren la demanda, nosotros inmediatamente cubrirnos los gastos, pero necesitamos que nos otorgue su amplio perdón”. Sobre este lamentable accidente, el presidente de la Federación Mexicana de Automovilismo Deportivo, José Sánchez Jassen, inmediatamente se desligó del grupo de promotores “no avalados” y “no reconocidos” por la Federación y la Comisión Nacional de Pilotos Organizados de Ruta. En una carta dirigida al gobernador Marcos Covarrubias Villaseñor, con copia a los alcaldes de La Paz y Los Cabos, Esthela Ponce Beltrán y José Antonio Agúndez Montaño, como autoridad máxima de este deporte, expuso que ni la Federación ni la Comisión Nacional han avalado la realización de un evento o campeonato de esa naturaleza con los organizadores, Unión de Promotores Unidos, y la Asociación Estatal de Automovilismo de Baja California Sur. “Tenemos reportes que el citado evento no cumplió con los requisitos mínimos de seguridad indispensables para poder garantizar la seguridad de los participantes y del público asistente”, explicó, y fue más allá: “La peligrosidad de un evento de esta naturaleza se ve exacerbada si se permite realizar sin la debida vigilancia a las condiciones de seguridad en cuanto a los vehículos, participantes y a la protección necesaria de los competidores, oficiales y público en general”. En la opinión del titular del INSUDE, Antonio Molina, la mayoría de estas competencias han sido prácticamente avaladas y autorizadas por los alcaldes de Los Cabos, La Paz, Comondú, Loreto y Mulegé. La disputa El desorden en las carreras de Off Road ha sido tal, que en 2011, la Federación Mexicana de Automovilismo Deportivo, tuvo que intervenir y nombrar una Comisión Reorganizadora de la Asociación Estatal de Automovilismo, integrada por todos los clubes de corredores. Entre sus obligaciones está el recabar: – El listado de clubes afiliados, pilotos, reglamentos y estatutos con los que se estaba trabajando para, en su debido momento, actualizarlos y ajustarlos a los parámetros nacionales. – Informes financieros y fiscales de 2006 a la fecha para valorar si se estaba cumpliendo con la responsabilidad de informar trimestralmente al consejo y presentar los estados de cuenta. – Los archivos en torno a sanciones establecidas a miembros y afiliados de la asociación, a fin de revisar procedimientos y actas levantadas sobre conductas antideportivas e irrespetuosas. El presidente de la Comisión Reorganizadora, Pedro Velázquez Hernández, comentó que “la información nunca llegó hasta que la asociación fue oficialmente desconocida y, según dictamen emitido el 18 de diciembre de 2012, “únicamente están a la espera que todas las carreras sean suspendidas, hasta en tanto la Federación Mexicana de Automovilismo Deportivo, tome una determinación final y resuelva sobre el destino de la Asociación Estatal de Automovilismo”. La principal sospecha que pesa sobre Salvador Carrillo Torres, es la desaparición del llamado Fondo de Contingencia y el Fondo de Premiación, donde en cada carrera los pilotos participantes aportaban rigurosamente 200 pesos que debieron ser destinados para accidentes, daños a terceros y compras de premios. Hasta 2011, solo el Fondo de Contingencia tenía saldo de un millón 400 mil pesos, sin embargo, ante la resistencia del presidente de la Asociación Estatal de Automovilismo, a la fecha se desconoce el uso que se le dio a ese dinero. Durante una entrevista con ZETA, el propio Salvador Carrillo Torres rechazó que esa situación haya originado el desconocimiento de la Federación, sino que “nosotros decidimos retirarnos este año porque no obteníamos ningún beneficio, lo único que ellos hacían eran vendernos un plástico que manejan como licencia de automovilista deportivo, y teníamos que pagar mil 900 pesos”. Asimismo, expuso que la Federación “pretendía darnos un seguro de una compañía que está en la Ciudad de México, y previas experiencias, tardan un año para pagar y el monto que ellos deciden”. Carrillo reconoció haber tenido “un grave desencuentro con la Federación, porque intentó, a través de la Comisión Nacional de Off Road, tomar por asalto nuestra asociación, la cual es una organización civil y nadie puede intervenirnos, ya que es una asociación libre, y por eso preferimos organizar nuestros eventos de forma independiente, sin estar registrada en la Federación”. El presidente de la Asociación asegura que hasta ahorita y sacando cuentas, la Federación dejó de percibir cerca de 500 mil pesos este año, y eso es lo que “les molesta”.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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